La sociedad global podría llegar a poseer un "cerebro global" como un superser del conocimiento interplanetario. El símil entonces es con la metáfora de concebir a la red global de computadores y otros medios como este supercerebro de la sociedad, que trascienda a la suma de las experiencias y del conocimiento individual, grupal o especializado, atravesando todos los dominios del saber y el conocer, que atesora, aprende, enseña y se adapta, a través del desarrollo de procesos asociativos de complejidad creciente, construyendo bloques de conocimiento en base a la recurrencia de conexiones entre conceptos que interactúan y se autorefieren frecuentemente tal como lo hacen las redes neuronales, e interactúa y se nutre de sus nodos.
Cualquier investigación cuidadosa respecto de una observación determinada, remite inevitablemente a las cualidades del observador y sus interacciones con otros observadores.
John Locke en su "Ensayo sobre el entendimiento humano": En una reunión de médicos ingleses muy eruditos se discutió durante largo tiempo si en el sistema nervioso fluye algún "liquor". Las opiniones divergían, se pusieron los argumentos más diversos y parecía imposible de todo punto llegar a un consenso. Entonces Locke pidió la palabra y preguntó si todos sabían con exactitud lo que entendían por la palabra "liquor". La primera impresión fue de sorpresa: ninguno de los asistentes creía no saber en detalle lo que se estaba debatiendo y tomaron la pregunta de Locke casi por frívola. Pero al fin se aceptó la propuesta, se entretuvieron en fijar la definición del término, y pronto cayeron en la cuenta de que el debate había pasado a versar sobre el significado de la palabra. Unos entendían por "liquor" un líquido real (como agua o sangre) y por esto negaban que en los nervios fluyera algo así. Otros interpretaban la palabra en el sentido de fluido (de una energía, cosa parecida a la electricidad) y en consecuencia estaban convencidos de que por los nervios fluye un "liquor". Se explicaron las dos definiciones, convinieron en elegir la segunda y en breve tiempo finalizó el debate con un acuerdo unánime
la técnica de Anatol Raport para solucionar problemas: en caso de conflicto, en vez de que cada partido dé su propia definición del problema, el partido "A" debe exponer de un modo exacto y detallado la opinión del partido "B", hasta que éste (B) acepte la exposición y la declare correcta. Después, el partido "B" ha de definir la opinión de "A" de un modo que resulte satisfactorio a éste (A). Dice Watzlawick que aplicando esta técnica sucede no pocas veces que una de las dos partes en litigio diga asombrada a la otra: "Nunca hubiese pensado que usted pensara que yo pienso así". El método quizá parezca lento. Pero ¿es más eficaz discutir sin saber exactamente cuál es el objeto del que se está hablando?