Saturday, September 30, 2006


El "efecto de moare" (del francés moire) se refiere a un fenómeno común en las artes gráficas cuando se superponen dos o más tramas de diferente tonalidad o textura, emerge un tono o textura que no es exactamente ninguna de las utilizadas, pero que no podría lograrse sin la superposición. Algo similar ocurre en la producción de pulsos rítmicos, combinando dos sonidos de distinta frecuencia, como cuando dos sonidos altos producen sonidos de frecuencia baja. Este fenómeno ilustra un principio: dos pautas adecuadamente combinadas pueden generar una pauta diferente. Bateson se refirió a esto en Espíritu y naturaleza (capítulo III). Watzlawick se remite a un fenómeno similar con el nombre de "calidad emergente". De Shazer se refiere en este caso a los efectos de enriquecimiento en términos de información y posibilidades, cuando se combinan conjuntos de descripciones diferentes de la terapia.

Todo conocimiento es una construcción, una construcción que está inmersa en una cultura. Por lo tanto, la terapia eficaz requiere - y es normal que lo haga - discursos múltiples, incluyendo el cultural.

Por esta razón, preparémonos para ampliar radicalmente el dominio del significado.

Por ejemplo, el discurso espiritual. Para la mayoría, éste es un discurso muy poderoso. Sería una miopía terapéutica restarle importancia. Por lo tanto, el terapeuta más completo será el que incluya el discurso romántico, el de la Nueva Era (new age), el del marxismo, el del budismo Zen, entre tantos otros.

El terapeuta hábil deberá sentirse cómodo con el lenguaje de la calle, del deporte, del antro, y de Lacan. Porque cada inteligibilidad nueva enriquece el rango y la flexibilidad de la interacción.

Este es el pensar del terapeuta construccionista.