juegos de rol, realidad alternativa, nuevas narrativas, juegos serios, serious games, CBT, Coaching, ICBT. TCC, terapia sistémica.GAMIFICACIÓN, TRANSMEDIA, ARGAMES, PSICOLOGÍA, COACHING
Thursday, June 23, 2005
construccioón de personajes
Bueno, pues como el movimiento se demuestra andando, vamos a ello (a echar un cable, se entiende). Cojamos un ejemplo de personaje común y normal y hagámoslo único. Centrémonos en un universo de fantasía de estos típicos de "espada y brujería". Elegimos una mujer, humana para más señas, y de profesión guerrera. La llamaremos Shorla Nottian (que es un nombre tan bueno como cualquier otro). Su vida antes de nacer ¿De dónde salió Shorla? Pues del vientre de su madre, una campesina llamada Hanna. ¿Y quién era su padre? Pues Yragon Nottian, un miembro de la guardía del noble de su pequeño pueblo de origen. Típica historia guerrero-campesina, con particularidades que en nada afectan a nuestro personaje (por el momento). Su infancia Una niña atrevida, juguetona y con alma de aventurera. Entrenada en el arte de la espada por su padre y en el de la humildad por su madre. A efectos de relación social, y usando la tipología del conocido juego de rol Dungeons & Dragons es "Caótica Buena". O sea que tiene buen corazón pero comprende que la ley no siempre tiene la razón. De nuevo arquetipicidad. Su adolescencia Shorla descubrió su cuerpo, y lo descubrieron también sus amigos masculinos. Debido a la actividad física y el entrenamiento de su padre se desarrolló bien: fuerza, resistencia y destreza sus virtudes. Nunca especialmente bella, ni demasiado inteligente. Gracias a su madre valoró la utilidad del saber popular y el buen hacer social. Aprendió a escribir y, animada por su madre, comenzó un diario sobre su vida. En él también mencionaba todo tipo de acontecimientos y noticias que llegaran a sus oidos. En esa época fue cuando decidió que quería ser una aventurera, saber más del mundo. Entró al servicio del noble local (con un cable por parte de su padre, por supuesto). Nos vamos de aventuras Tras algunos años de servicio, de ver que la ley está con los poderosos y en contra de los pobres, comenzó a discutir con su padre. Diferencias generacionales, algo inevitable. Hanna, la madre, actuó de mediadora hasta que una desafortunada pulmonía se la llevó. Tras enterrarla padre e hija se separaron, comenzando esta última sus aventuras por el mundo. Al comienzo de su andadura Shorla actuaba como guardaespaldas, vigilante o incluso espada de alquiler en misiones de escasa repercusión. Durante este tiempo continuaba influenciada por los estrictos dogmas de combate de su padre: una buena armadura, un yelmo, una espada y un escudo. Pero al final comprendió que su fuerza y resistencia, a pesar de ser buenas para los cánones humanos, no era suficientes para plantar cara a mercenarios enanos o seres más duros. Así que, paulatinamente, fue decantándose por armaduras más ligeras y desechando el escudo a favor de una daga ágil y afilada. Jamás dejó de escribir en su diario, que ya era mucho más que eso. Se había convertido en una crónica de su mundo. Consciente de esto Shorla dejaba leerlo a quien estuviera interesado. Muchos de estos lectores contaban a nuestra guerrera más historias, o las mismas de otra forma, con lo que ella llegó a desenmarañar algunos misterios y mitos de los lugares que visitaba. El punto de partida de la historia Ya hemos llegado al punto donde Shorla puede iniciar su "gran aventura". Tenemos a una guerrera humana, no especialmente sobresaliente en combate, pero más que suficiente para sobrevivir en su mundo. Va pertrechada de la vieja espada que le dió su padre al entrar en la guardia y una daga larga, obsequio de un ladronzuelo al que salvó el pellejo en una ocasión. Su vieja armadura ha sufrido varios retoques y ahora es poco màs que una armadura de semiplacas, bastante ligera. Y no nos olvidemos de su diario. Shorla Nottian sabe mucho de su mundo, más que la gran mayoría de mercenarios, por lo que siempre va un paso por delante de los que pretenden venderle historias extrañas o dudosas. Bueno, ¿qué os parece? ¿A que ya no es tan arquetípica? Espero que este ejemplo os haya servido.