En la vida en ocasiones sucede como en los videojuegos, hay una pantalla que se te resiste y no logras pasar de nivel. Para poder avanzar, para poder llegar al siguiente nivel, tienes que conseguir pasar esa pantalla. No hay otra vía. Puedes intentar hacer trampas, pasar con “malas artes”, pero en la siguiente partida caerás de nuevo.También puedes abandonar y decidir que ese es tu máximo nivel posible.
Pero la vida no te lo pone tan fácil. Diversas escuelas terapéuticas, especialmente la escuela de la Gestalt hablan de la importancia de cerrar círculos, es decir, de acabar las etapas y cerrarlas cuando ya han terminado. Las cosas que permanecen abiertas tienden a volver y repetirse, a dejarnos como un poso de insatisfacción, de algo no terminado que muchas veces se vuelve recurrente.
Podemos rehuirlas, como la pantalla que se nos resiste del videojuego, pero eso no impedirá que nos volvamos a encontrar en la misma situación o que nos pasemos tiempo dándole vueltas. El problema es que nuestro cerebro tiende a buscar respuestas para aquellas cosas que dejamos sin resolver, como un modo de recuperar la homeostasis, el equilibrio. Y sin saber cómo, nos pone delante aquello no resuelto, para poder “cerrar el círculo”. Puede tratarse de algo pasado, de una actitud en la que solemos caer, de un hábito que nos perjudica, de algo que tememos….cada cuál sabe sus “pantallas”.
Puede ser difícil hacerlo, costoso, tal vez puede obligarte a alguna renuncia. Para hacerlo es posible que necesites nuevos recursos, nuevas actitudes, ampliar tu mapa mental, deshacerte de cosas que no te hacen falta, romper tus limitaciones….pero recuerda que el premio es “pasar de nivel” y seguir avanzando. Muchos procesos de terapia y coaching se podría definir perfectamente como el empujoncito que te ayuda a pasar el nivel.