¿Qué es eso del Rol?
Los Juegos de Interpretación, o más propiamente, Juegos de Rol, son la forma más parecida de ser protagonistas de las aventuras que estamos acostumbrados a ver en el cine, la televisión o leyendo un libro. En ellas, los personajes pasan mil y una peripecias, y nosotros, los espectadores, nos limitamos a verlas pasar sin poder intervenir de ninguna forma. Con los juegos de rol, este protagonismo se hace nuestro.
Montar una partida de rol no es nada complicado, nos basta una buena idea, lápices, papeles, un jugador que se invente la historia, y unos cuantos amigos dispuestos a divertirse alrrededor de una mesa.
El jugador que dirija la aventura (Capitán de Juego o CJ a partir de ahora) debe aplicar una serie de reglas más o menos complejas (las que aquí te expongo son extremadamente sencillas) para que la intervención del resto de los personajes (Personajes Jugadores o PJs desde ahora) no sea un caos. Con el tiempo verás que las reglas sólo deben ser una referencia y que la interpretación (la capacidad de ser actor) de los jugadores, resolverá la mayor parte de las situaciones.
Continuando con el símil de la creación de una película, podríamos decir que el CJ es el director y guionista de la misma, los jugadores son los actores protagonistas y los personajes no jugadores manejados por el CJ (PnJs desde ahora) son los extras y actores secundarios. A partir de ahí y, como en el cine, sólo hace falta una buena historia que contar y mucha imaginación. A diferencia de las películas, la acción se va desarrollando y haciendo más profunda y compleja en función de las decisiones adoptadas por los PJs y, a la postre, son los propios jugadores los que acabarán por perfilar una aventura a su medida, sin trabas, sin límites, sin cortar las alas de su mente.
1.a.- ¿Qué no es eso del Rol?
Los juegos de rol sirven para contar y protagonizar historias. Colocan a los personajes en distintas situaciones en las que es fundamental el ingrediente que define una aventura: el conflicto. Sin conflictos no habría nada que contar, no existiría la literatura, la poesía, el cine, el teatro... Los conflictos definen tanto a las historias como a las personas que las protagonizan. No estoy descubriendo nada nuevo (tampoco lo pretendo), sólo intento hacerte ver, lector, que muchas ideas preconcebidas que se tienen contra el rol están totalmente equivocadas.
En los juegos de rol, debido a que cuentan historias, se producen conflictos. Ideas dispares, intereses encontrados o simples desaveniencias pueden dar lugar a enfrentamientos entre los PJs y los PnJs que pueden resolverse de muy diferentes formas, mediante el diálogo, la cooperación, la ayuda mutua; o, tal y como también vemos en la vida real, mediante la violencia en cualquiera de sus facetas. Ahí precisamente está uno de los principales errores al juzgar a los juegos de interpretación: la creencia de que la única forma de resolver los conflictos en rol sea mediante los actos más o menos violentos. Eso, por supuesto, dependerá del carácter de los jugadores y de las circunstancias de la propia historia; pero, y esto es fundamental, tanto las aventuras jugadas como la manera de resolver los conflictos planteados quedarán, para un individuo normal, en un ámbito meramente imaginario e irreal. Nadie en su sano juicio puede confundir la realidad con las situaciones planteadas en una partida de rol, y si así lo hiciera, también confundiría la realidad con la ficción viendo una película en el cine o en la televisión, leyendo un libro o... jugando al parchís (“te como, y cuento veinte”).
2.- Los Juegos de Rol como herramienta para la enseñanza:
Jugar es la base de la educación, ya que ayuda al individuo a hacer uso de recursos, herramientas y métodos aprendidos con anterioridad y aplicarlos en situaciones concretas. Sin el juego, el acúmulo de estos conocimientos sería en vano, ya que no pasarían por el banco de pruebas que representa jugar y, a la postre, caerían en el olvido.
Jugar, además, da lugar a uno de los elementos fundamentales del aprendizaje: la motivación. Es muy frecuente ver a jóvenes y niños apáticos con ciertas materias o asignaturas que, al encontrar una motivación que las haga útiles, comienzan a interesarse por ellas y a mejorar su rendimiento. Por ejemplo, si a alguien no le gusta el latín, pero sólo conociendo esa lengua podrá ser capaz de descifrar un antiguo códice que, a su vez, es la clave para rescatar a una bella princesa de las garras de un hechicero; el uso de esta lengua puede llegar a ser prioritario, lo cual le animará a aprenderla con mayor interés. El ejemplo anterior es válido para cualquier asignatura o situación que se nos ocurra, sólo hay que sustituir el latín por física, por fórmulas matemáticas o por situaciones propias de la geografía o la historia.
Además de esta vertiente lúdico-académica, los juegos de interpretación son muy útiles para hacer descubrir en los niños y jóvenes la idea de tolerancia y empatía. Al colocarlos en situaciones imaginarias, podremos hacerles experimentar lo que otras personas pueden sentir y pensar en escenarios parecidos. Podremos hacer que convivan y se vean obligados a cooperar con gentes de otras culturas y razas o, incluso, que ellos mismos formen parte de otra raza diferente a la suya. Convenientemente guiados, los juegos de rol pueden ser una herramienta muy util en el aprendizaje de comportamientos socialmente positivos y estimulantes.
Los juegos de rol tienen un papel muy relevante en el estímulo de la actividad lectora. No es raro ver a jóvenes jugadores enfrascados en lecturas de más de 500 páginas para aprender más sobre la partida en curso. Por otra parte, esta lectura y la necesidad imperiosa de expresarse oralmente durante el juego, aumentan de manera considerable el vocabulario y las capacidades expresivas de los participantes.
En resumen, la necesidad de cooperación de los jugadores que integran un grupo (no hay que olvidar que los juegos de interpretación en ningún caso son competitivos); el uso de un lenguaje apropiado parta cada situación, la convivencia imaginaria con personajes de otros mundos, culturas o razas y, en definitiva el uso constante de la imaginación y la inventiva, hacen de los juegos de rol una de las herramientas ideales en la enseñanza.
Desde aquí abogo por el uso de estos juegos en talleres extraescolares (dirigidos por monitores con una adecuada formación pedagógica), de la misma forma que existen talleres de teatro, literatura, danza o karate.