Saturday, January 31, 2009

Organización y Liderazgo

Miguel Ángel León

          En esta época de intensos cambios tecnológicos, donde la comunicación da un giro de 360º al ponerse en pleno funcionamiento la red de Internet y la economía global es la máxima aspiración de muchos, no podemos más que plantearnos la función que la organización y el concepto de liderazgo juegan en este extraordinario proceso de cambio.



El significado que otorgamos a las palabras determina el concepto que cada uno de nosotros tiene acerca de ambos aspectos: ¿Qué es Organización? ¿Qué significado damos a la palabra liderazgo?.
Aristóteles nos dejó un legado de conocimiento acerca de las causas formales que subyacen al significado de las palabras, ¿cuál es el que relacionamos con las palabras organización y líder?.

Nuestra historia personal como individuos y como ciudadanos de un país con unos antecedentes políticos concretos, determinarán el valor que asignamos a esas palabras. Sobre todo cuando están relacionadas, a menudo peyorativamente, con recuerdos de dirigentes que basaron en ciertas características dictatoriales su estilo de liderazgo, o ciertas organizaciones en las que de alguna forma nos vimos implicados con no muy buen recuerdo para nosotros.

En realidad, no podemos evitar ser de alguna forma partes de una organización y líderes en gran parte de nuestra vida diaria. ¿Acaso no actuamos como líderes en familia con nuestros hijos? o ¿no comporta nuestra relación de pareja una alternancia de los roles de liderazgo, dependiendo de las circunstancias?.
Si revisamos nuestra actividad cotidiana podremos observar múltiples ocasiones en que nos son requeridas dotes de conducción o influencia en nuestra relación con los demás.

Nuestra participación en la empresa nos plantea la necesidad de tener en cuenta nuestra relación con otros. Aún en el supuesto de disfrutar de una total autonomía en nuestro sistema de trabajo, la comunicación en red vía Internet, se muestra hoy en día como fundamental en el logro tanto económico como social de nuestros objetivos.

No podemos evitar funcionar dentro de un sistema, nuestro cuerpo es un sistema, nuestra familia es un sistema, nuestro barrio es un sistema y así lo son igualmente las vías de comunicación y de acercamiento al mercado para la consecución de cualquier objetivo que nos propongamos.

Ser un líder no consiste en conducir ejércitos a lo largo de la estepa de la vida, como para algunos pudiera significar.

Participar de una organización no se limita a pertenecer al equipo deportivo de nuestra ciudad, o es algo de lo que tenemos que huir cual si del concepto peyorativo de “secta” se tratase. Tanto nuestra pertenencia a una organización como el ser líder significa algo que no podemos evitar en cada momento de nuestra vida. En nuestras relaciones con nuestros seres queridos, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo, nuestros empleados.

Ser líder significa en primer lugar, serlo con nosotros mismos: la capacidad de influir sobre nuestro estado emocional haciéndolo así mismo sobre los demás para la consecución de objetivos que satisfagan a todas las partes, sistémicamente.

Pertenecer a una organización significa compartir. Compartir valores, motivación, intereses comunes con objetivos en una dirección común. Cuando compartimos propósito, cuando nuestros valores se encuentran alineados con los de un grupo, entonces experimentamos una motivación y realización superior, vivimos la sinergia producida por la comunión de intereses que produce el saber que los demás participan de los nuestros con una visión común.

En estos momentos de intensos cambios tecnológicos en que la información juega un roll tremendamente importante, la estructura jerárquica y monolítica de la organización a perdido sentido. No se puede “dictar” a nuestro empleado lo que tiene que hacer por el simple hecho de ser subordinado. EL líder no puede estar en posesión de la totalidad de la información necesaria para llevar un proyecto a cabo: tenemos que confiar en los demás. Confiar significa así mismo dar opciones en la toma de decisiones y por lo tanto motivar para que desde un estado de libertad creativa se tomen las decisiones idóneas para la finalidad corporativa.
La capacidad de proporcionar visión al conjunto de colaboradores se manifiesta hoy como la llave para, en conjunción con el coalineamiento de valores y la adopción de unos planteamientos sistémicos en el desarrollo estratégico de la empresa nos conduzca, plenos de sentido y satisfacción personal, hacia el éxito.
Ser líderes de nosotros mismos para comunicar con congruencia, es la base así mismo de un liderazgo eficaz. Esta congruencia procede de un equilibrio interno producido por el alineamiento entre nuestra actividad día a día, la forma en que nos desenvolvemos, las creencias y valores que nos mueven a ello y el sentido de nosotros mismos al hacer lo que hacemos. Esa coherencia interna se traduce en la máxima efectividad de nuestra comunicación. Cuando actuamos alineados nuestros mensajes no verbales responden a la máxima establecida de que más del 90% de nuestra comunicación la transmitimos no con el contenido de nuestras palabras sino con nuestros gestos, nuestro tono y ritmo de voz.

Congruencia personal es el cemento que aglutina nuestra personalidad y crea organizaciones con propósito y a las que la gente les apasiona pertenecer.