Sunday, April 30, 2006

DALAI LAMA. Líder religioso y figura pública:
El más célebre de los lama

Óscar Contardo


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Tras las numerosas publicaciones sobre el Tíbet, el budismo tibetano cautivó a figuras públicas como Martin Scorsese, que filmó "Kundún". El Dalai se transformaría en un símbolo de cultura popular.



La causa del Dalai es la liberación del Tíbet, eso lo convirtió en figura pública. Luego vino la celebridad y, de paso, la difusión del budismo en Occidente.



ÓSCAR CONTARDO

En un discreto entrepiso de las Torres de Tajamar funciona el centro budista encargado de organizar la visita del Dalai Lama Chile. Dos escritorios, un par de sillas y una salita de meditación es todo el mobiliario de una organización pequeña que representa algo así como una salpicadura al otro lado del mundo de una de las ramas de budismo que con mayor fuerza se han extendido hacia Occidente. La expresión "budismo tibetano" se ha hecho familiar para el común de los mortales, incluso aquí en Chile en las antípodas de su cuna en Asia. Una familiaridad con pocas pistas más allá de la figura de monjes orientales en estado meditativo. La difusión al menos nominal de la existencia de esta religión lejana se debe a la figura del Dalai Lama, su líder.

El budismo tibetano comenzó a ser conocido más allá de los Himalaya debido a un hecho político. La invasión China al Tíbet en 1959 significó el exilio de 100 mil personas a la India, un éxodo que forzaría a los tibetanos poner fin a siglos de enclaustramiento. La causa por la autonomía del Tíbet transformó al Dalai Lama en una figura internacional que despertaría las más variadas simpatías y que lo llevarían a obtener el Premio Nobel de la Paz en 1989. Un país lejano, con la mitad de la población de Chile y el triple de su superficie, enclavado en una meseta a cuatro mil metros de altura, con un pueblo pacífico que apenas tiene contacto con el exterior son sin duda los elementos que provocaron la multiplicación de artículos de prensa y programas sobre el Tíbet y su líder. La causa del Dalai Lama ganaba fuerza gracias a su única arma: su imagen pública.

La fe de las estrellas

Después de que el Dalai Lama recibiera el Nobel, un grupo español les dedicó un disco y varias estrellas de Hollywood anunciaron su inmersión en la meditación budista. Películas como "Kundun", de Martin Scorsese, o "Siete años en el Tíbet", y comerciales de IBM y Gatorade consagraron al budismo tibetano como un icono pop más de las vidrieras norteamericanas. Ésa era la cara más superficial de una influencia que se anunciaba más profunda. Gracias al científico chileno Francisco Varela, la ciencia descubría en las técnicas de meditación del budismo una poderosa herramienta para fortalecer sus conocimientos en Neurociencia, y los filósofos occidentales comenzaban a tender puentes con la tradición filosófica desarrollada en los Himalaya.

Con el Dalai Lama la prensa mundial comenzó a utilizar la fórmula "Su Santidad" (que no existe en el Tíbet) fuera del primado de Roma, un detalle que pareció no provocar molestia en Juan Pablo II, que recibió entusista a su par de oriente en el Vaticano. El jefe de la Iglesia Católica sería uno de los pocos jefes de Estado que se atreverían a reunirse con el líder tibetano. La mayor parte de los gobiernos del mundo se preocupan de no enfadar a Beijing, esquivando reuniones públicas con el carismático monje budista. Incluso Bush, en una oportunidad, debió aclarar que si recibía al Dalai, lo hacía en tanto líder espiritual, no en tanto vocero para lograr la autonomía de la región tibetana.

El próximo 4 de mayo, el Dalai Lama visitará por tercera vez Chile, un país al que envió por decisión propia un monje lama tibetano en 1998, no para hacer proselitismo -"de hecho, el Dalai Lama recomienda a los occidentales no cambiar de religión para no confundir su corazón", asegura Claudio García, vocero del centro budista-, sino para ayudar a vivir mejor a quienes se acerquen. El monje enviado por el Dalai Lama es Gendum Yarphal, que tras vivir doce años meditando en las montañas, debió tomar un avión a Santiago. Aquí vive en pleno centro, y pese a los contrastes que uno pueda figurarse que existen entre habitar una montaña en la India y un departamento en Huérfanos con la Panamericana, Gendhum no confiesa grandes diferencias entre su vida de meditación solitaria y la actual.

Instalado en la pequeña sala de las Torres de Tajamar, Gendum Yarphal se ríe como niño crecido ("no sé cuándo nací, en Tíbet usamos otro calendario y el cumpleaños no es algo importante") y responde otra de las tantas entrevistas que ha tenido que dar por la venida del Dalai. Pese a que la política determinó su exilio y el de su familia en la India, Gendum Yarphal no habla del tema, "sólo de espiritualidad". Tampoco tiene una opinión sobre el gobierno chino . "No podría decir nada sobre eso. Además, puede que me reencarne en un chino, ¿cómo podría hablar mal de ellos entonces?"

Buda

Esta religión tiene 2.500 años de antigüedad y a ella adhieren actualmente más de 500 millones de personas (como referencia los cristianos son 2.000 millones). A diferencia del cristianismo o el islamismo, el budismo no nació por las revelaciones del hijo de Dios o de un profeta. Su origen se encuentra en las enseñanzas del príncipe Siddharta Gautama, conocido como Buda ("el completamente despierto"). Buda logró conocer la realidad en toda su profundidad y tracendencia a través de la meditación y establecer entonces el camino a la verdadera felicidad.

El budismo se extendió por Asia derivando en distintas ramas de acuerdo a la cultura en la que se asentaba.

Al Tíbet llegó en el siglo VII de la era cristiana y en el siglo XIII aparece la figura del Dalai Lama cuando el conquistador Mongol Kublai Khan le concede al más importante de los monjes la condición de jefe temporal y espiritual de su pueblo. De hecho "Dalai Lama" (Océano de sabiduría) es una expresión de origen mongol y no tibetana. El actual Dalai Lama es el número catorce. El anterior Dalai Lama (1876-1933) también sufrió el exilio debido a las invasiones de ejércitos vecinos.

Según la tradición, cada Dalai Lama es la reencarnación del Buda de la compasión, es decir, una figura que no se puede asimiliar a la idea cristiana de Dios, sino a la de un determinado estado de iluminación (que en este caso es el de la compasión). Antes de morir, cada Dalai da señales del sitio en donde deben buscar al niño en quien se reencarnará. Un encargado sale en su búsqueda y tras someter al niño a una serie de pruebas que demuestren su sabiduría es educado para ejercer el liderazgo espiritual de su pueblo.

El actual Dalai Lama (Tenzin Gyatso) nació en 1935, fue encontrado cuando recién cumplía dos años y llevado a Lhasa, la capital de Tíbet para comenzar su educación monacal. Tras la invasión en 1959 escapó a la India. Según sus propias palabras, en una entrevista concedida a Artes y Letras en 1992. "El budismo acepta dioses, no un solo Dios, sino muchos dioses. El Buda no es Dios, sino originalmente es como nosotros, un ser común y corriente, que a través del adiestramiento, su trabajo, su disciplina, alcanzó la iluminación, se convirtió en el Buda".

Invasión china

La gran meseta que constituye el Tíbet y que supera el millón de kilómetros cuadrados de superficie tiene una larga historia de invasiones y dominación extranjera. La última tuvo lugar en 1950 cuando después de la revolución comunista tropas Chinas ingresaron al Tíbet y lo transformaron rápidamente en una región autónoma, pero región al fin y al cabo de China. El Dalai Lama tenía en ese momento 15 años. Pronto fue invitado por el gobierno chino para iniciar conversaciones sobre el futuro del Tíbet. "En 1954 fui a China a participar en el Congreso Nacional (...) Durante ese período sostuve varias reuniones con el Presidente Mao Tse Tung y con Ten Ziao Ping, Chou En Lai y demás.

En esa época verdaderamente me surgió un gran entusiasmo respecto de los comunistas chinos. Yo creía que el Tíbet iba a tener progreso material, que se iba a modernizar", recordaba hace un año el Dalai Lama en México.

Poco a poco comenzó a perder las ilusiones Tras una revuelta local en una región fronteriza con China el ejército de Beijing marchó rumbo a Lahsa para definitivamente anexar el país. El 17 de marzo de 1959 el Dalai Lama se disfraza haciéndose pasar por guardaespaldas de un funcionario tibetano, y con un rifle a cuestas cruza la frontera con India, en donde reside en el exilio hasta la actualidad.

El Dalai Lama ha denunciado con insistencia la amenaza de exterminio que está sufriendo la cultura tibetana, y la instalación de colonos de origen chino que han provocado un colapso demográfico en el país. En una entrevista a "El Mundo", de Madrid, explicaba que actualmente en el Tíbet "un niño de cada seis muere antes de cumplir los cinco años, el analfabetismo alcanza al 70 por ciento de la población, la expectativa de vida no llega a los 40 años, se ha prohibido el uso de la propia lengua y se han destruido 6 mil templos".

El Dalai Lama ha propuesto a China que transforme al Tíbet en una región autónoma cediéndole a Beijing las relaciones exteriores en un plan que contempla la estabilización de la región asiática con el Tíbet como un Estado "amortiguador".

No ha recibido respuesta. Políticamente el líder del budismo tibetano se ha manifestado favorable a la instauración de la democracia como sistema de gobierno y ha confesado sus simpatías por la socialdemocracia.